lunes, 31 de octubre de 2011

Te pienso amada mía

Te pienso cada minuto del día, oh amada mía y no se como evitarlo, pues indudablemente de ti me estoy enamorando.
En mi pecho, muy prufunda está plantada la semilla de una flor, mi alma me lo dicta, seguro crecerá un inmenso amor.
Tan sólo cruzar palabras contigo es suficiente, para que mi alma encuentre ese fuego incandescente.
Por las noches sueño con tu regreso a mi lado, que sin duda alguna es mi sueño más anhelado.
La distancia se interpone entre nosotros, un gran cerro nos separa, confía en Dios pues sólo bien depara.
Se que un mal tu alma aqueja y no te deja seguir con tu vida, más sabes que yo estaré para ti día a día.
En mi hombro encontrarás un fuerte cimiento, no lo dudes más y muéstra tu sentimiento.
Sólo espero que a mi súplica Dios responda, para amarnos inmensamente hasta que así él lo disponga.

Andrés Jiménez Sáenz

lunes, 16 de agosto de 2010

El Mejor regalo de Dios (Feliz Día de la Madre!!)!

Hace mucho tiempo desde lo más profundo de sus pasamientos, se encontraba Dios ideando, cuál sería el mejor obsequio que él le pudiera conceder a su recién creada humanidad.
En su infinita sabiduría él meditaba: Debe ser algo puro, hermoso, noble, que refleje el gran amor que yo siento por ellos, que nunca se marchite, que nunca se canse, que cuide de ellos todos los días y nunca los deje solos, aunque ellos tiendan a hacerlo con ella.
Será tan frágil como la más frágil de las flores de todo el Jardín del Edén, será más bella que cualquier puesta de sol en cualquier lugar de la Tierra, su aroma será el más delicioso y más sobrecogedor que el de cualquier otra rosa en el mundo.
Siempre estará ahí presente para ellos, será su confidente, será su consuelo cuando estén cruzando a través de incontables problemas y sientan que el mundo se les acaba.
Será el gran pilar que les de fortaleza, la piedra angular que los mantendrá unidos y no dejará que se separen nunca, en verdad será el mejor regalo que yo les pueda dar porque así les aseguro que su amor por ellos será tan grande que sólo será sobrepasado por el infinito amor que yo siento por mis hijos.
Que así sea, oh hijos míos allí tenéis una pequeña parte del paraíso para que lo ames y lo respetes siempre.
Entonces todos los coros de Serafines, Querubines, Ángeles y Arcángeles alababan al Señor y le decían: En verdad Señor Nuestro, que has dado una gran bendición a tus hijos en la tierra, pero cómo hemos de llamar a tan hermosa creación tuya para así incluirla en nuestros cantos de alabanzas para ti Oh, Dios, Señor nuestro?
Y él, con una mirada rebosante de cariño y con una voz más gratificante que cualquier melodía jamás compuesta les respondió: Habréis de llamarla Madre.

Andrés Jiménez Sáenz.




Feliz Día de las Madres!!!! Te AMO MAMI, eres lo mejor que Dios me ha dado en la vida!!!

domingo, 15 de agosto de 2010

El Campo

Una hermosa mañana de primavera me encontraba tendido en el campo, la suave brisa de fragancias aromáticas y cautivadoras esencias se unían lentamente de manera sobrecogedora al calmoso ritmo de mis respiraciones.
Al igual que dos amantes rebosantes de un placer y ternura infinitos lentamente se iban fusionando en un solo ser, llenando mi cuerpo de una paz perenne, paz jamás percibida por mí ser.
Transportado al más lejano y elevado estado del Nirvana sentía como mi alma se desbordaba por toda la sabana, cual águila desplegando sus hermosas alas, surcando los cielos en una bandada, mis latidos incrementaban tal cual poderosa marejada.
El cielo y yo fusionados en uno sólo, un solo ser, un solo espíritu, una encrucijada de sentimientos y sensaciones que eran capaces de despertar todo tipo de pasiones.
Oh hermosa y fascinante es la naturaleza, estar en contacto contigo yo siempre quisiera, en ti encuentro alivio, en ti encuentro consuelo, mi rincón personal donde libero mi mente y olvido todo tipo de problema existente.
Quisiera no tener que dejarte nunca y estar siempre rodeado de ti, a la misma rutina no quisiera tener que partir.
Aconséjame, oh amada amiga, cómo hago para vivir el día a día, dime tú cuál es el secreto para poder seguir con vida, pues en estos momentos la mía está vacía.
Tan sólo un susurro, una envolvente y sobrecogedora brisa, sólo eso te pido para que a mi rostro vuelva la sonrisa.
Espero, oh amiga, no faltes a nuestra próxima cita y me des el secreto que mi alma te solicita, hasta el día que regrese de nuevo sobre tus campos el tiempo para mi será eterno y los días tantos.

Andrés Jiménez Sáenz

miércoles, 16 de junio de 2010

Por ti

Luego de tormentosos días interminables, luego de incontables horas de angustia y sufrimiento tan poderosamente padecido, luego de la más cruenta batalla jamás librada en lo más profundo de mi mente y mi alma, luego de toda esta explosión de sentimientos que asechaban mi tranquilidad, al fin logro encontrar serenidad en mi interior, gracias a ti, oh dulce amor mío, gracias a ti niña hermosa, fuente de toda mi inspiración, dueña de mi amor, poseedora de mi corazón, me entrego plenamente en vida a ti.
Por ti se renuevan de nuevo mis esperanzas, por ti la vida tiene un sentido, eres la luz más brillante y radiante al final del túnel más sombrío y nubloso que había sido mi existencia.
Has venido a rescatarme del abismo infinito de la soledad, mi hermosa guerrera incansable, me has demostrado lo nunca antes visto, algo que estaba prohibido para mí, la dicha inconmensurable de un amor más intenso y más abundante que cualquier otro sentimiento jamás sentido en la historia, tu amor es todo lo que necesitaba para que mi vida fuese satisfactoria, pues si tú estás a mi lado yo me siento en la gloria.
El tiempo y la distancia intentarán separar nuestras almas de su camino de felicidad y regocijo, mas yo te aseguro amada mía que venceremos cualquier acertijo, no importa el obstáculo y cuan ardua sea la prueba, mi mente es fija al pensar que triunfaremos en esta odisea.
Espero con ansias el momento de nuestro reencuentro, para así demostrarte todos mis sentimientos, de la forma más sincera y amarnos sin cesar hasta que nada más sea.
Por ti amada mía, por ti mi hermosa compañera, por ti, oh mujer de mis más bellos sueños, por ti en este momento todo dejaría y a tu lado pronto partiría.

Andrés Jiménez Sáenz.

sábado, 5 de junio de 2010

Mi luz inquebrantable

Una nueva y poderosa luz ha llegado a mi vida, una luz intensa y radiante que no tenía pensado que pudiese llegar hasta mí. Más imposible era para mí de imaginar que algo así fuera posible, pues llegaste en el momento de mayor soledad y desesperanza de mi vida y me has hecho recordar lo bello que es vivir.
Ésta luz que tú me has brindado es intensa, como el fuego más poderoso e indomable que la humanidad haya podido dilucidar, inclusive más significativo y hermoso que el fuego regalado por Prometeo a nosotros los simples mortales en la inmensidad del universo, aunque el viento más fuerte trate de agotarlo nada lo podrá sofocar, sólo el tiempo es mi mayor enemigo en esta dicha inquebrantable, sólo él, incesante, imperdonable, implacable. Oh maldito tiempo, sólo él le tiene un límite a tu brillo, a tu simple pero insuperable forma tan bella de ser, sólo él me separará de ti para de nuevo volver a caer de nuevo en el abismo de la soledad y la tristeza, sin embargo, aun en mi corazón late con firmeza la esperanza de que la intensidad de tu luz, de tu fuego interno sea más poderosa que todo lo jamás creado por Dios y que nunca llegue a extinguirse del todo y vuelva a brillar de nuevo, empero será más fuerte e inmutable que nunca y volveremos a estar juntos hasta el día en que todo lo que existe llegue a su fin y la presencia de Dios sea nuestra recompensa.
Andrés Jiménez Sáenz.

jueves, 27 de mayo de 2010

Mi diosa soñada, la de la sonrisa perfecta

Una tarde gris de mayo mis ojos el brillo más hermoso e intenso divisaron.
¿Será acaso el sol que por fin nos deleita con su incesante brillo y calidez? Pensé con sensatez
Sólo un instante me tomó el comprender el tamaño de mi error y estupidez.
Mi impresión fue aun mayor al divisar tu belleza, pues te encaminabas a mi cual diosa oh, princesa.
Tu bello rostro un mundo nuevo de maravillas me mostró, pero fue sin duda tu sonrisa la que me cautivó.
Oh, hermosa diosa, que designio tienes para mi planeado, pues indiscutiblemente tu sola presencia a mi alma a aprisionado, me has convertido en tu más ferviente adorador y tu sonrisa embriagante me inunda del más intenso fervor.
Las horas transcurren lentas cuando no estoy ante tu presencia y en esos lapsos de agonizante angustia sólo una débil esperanza a mi corazón alienta, la promesa que sólo tu sonrisa me brinda, la ilusión inquebrantable que me alienta a seguir resistiendo esta desdicha de no verte, la certidumbre que le da un sentido a mi existir, la seguridad de verte de nuevo el día que está por venir.
Oh, diosa mía, la de la sonrisa perfecta, mi dueña soñada, como ansío verte de nuevo en nuestra próxima jornada.

Andrés Jiménez Sáenz

lunes, 16 de noviembre de 2009

Mi niña hermosa, mi amor imposible

Al verte mi corazón palpita de forma irregular pues no se qué será lo que vaya a pasar cuando estás frente a mí.
Al encontrar tu mirada con la mía me pierdo en el vasto océano azul de tus ojos y naufrago hasta atracar en tus labios rojos cual rosa acabada de florecer. Tan solo una caricia, un beso en esa boca hermosa yo quisiera poseer y así la gloria eterna siempre alcanzar.

Tus cabellos hermosos, resplandecientes como la luz del sol, como la más vasta cantidad de oro reunido jamás, sin embargo de un aroma tan dulce y embriagador como el más fino vino que se pueda beber.
Figura angelical, la más preciosa criatura de la creación, musa de grandes artistas, deidad de antiguos, adoración de muchos, veneración mía, eterna devoción a ti te juraría.

Daría el tesoro más preciado para que estuvieses siempre a mi lado,mi vida avandonaría por seguir tus pasos y estar siempre a tu lado, el mar inmenso por ti cruzaría, mil montañas escalaría y hasta al mismo Hades por ti yo descendería.

En verdad todo esto por ti yo haría preciosa niña mía, muchas cosas en el mundo yo quisiera, mas sin embargo, sólo una en vedad mi corazón anhela, sólo una desgarra mi alma en mil pedazos y la esperanza en ti los vuelve a juntar, de todas, la única es que tú me pudieras amar.

Andrés Jiménez