miércoles, 16 de junio de 2010

Por ti

Luego de tormentosos días interminables, luego de incontables horas de angustia y sufrimiento tan poderosamente padecido, luego de la más cruenta batalla jamás librada en lo más profundo de mi mente y mi alma, luego de toda esta explosión de sentimientos que asechaban mi tranquilidad, al fin logro encontrar serenidad en mi interior, gracias a ti, oh dulce amor mío, gracias a ti niña hermosa, fuente de toda mi inspiración, dueña de mi amor, poseedora de mi corazón, me entrego plenamente en vida a ti.
Por ti se renuevan de nuevo mis esperanzas, por ti la vida tiene un sentido, eres la luz más brillante y radiante al final del túnel más sombrío y nubloso que había sido mi existencia.
Has venido a rescatarme del abismo infinito de la soledad, mi hermosa guerrera incansable, me has demostrado lo nunca antes visto, algo que estaba prohibido para mí, la dicha inconmensurable de un amor más intenso y más abundante que cualquier otro sentimiento jamás sentido en la historia, tu amor es todo lo que necesitaba para que mi vida fuese satisfactoria, pues si tú estás a mi lado yo me siento en la gloria.
El tiempo y la distancia intentarán separar nuestras almas de su camino de felicidad y regocijo, mas yo te aseguro amada mía que venceremos cualquier acertijo, no importa el obstáculo y cuan ardua sea la prueba, mi mente es fija al pensar que triunfaremos en esta odisea.
Espero con ansias el momento de nuestro reencuentro, para así demostrarte todos mis sentimientos, de la forma más sincera y amarnos sin cesar hasta que nada más sea.
Por ti amada mía, por ti mi hermosa compañera, por ti, oh mujer de mis más bellos sueños, por ti en este momento todo dejaría y a tu lado pronto partiría.

Andrés Jiménez Sáenz.

sábado, 5 de junio de 2010

Mi luz inquebrantable

Una nueva y poderosa luz ha llegado a mi vida, una luz intensa y radiante que no tenía pensado que pudiese llegar hasta mí. Más imposible era para mí de imaginar que algo así fuera posible, pues llegaste en el momento de mayor soledad y desesperanza de mi vida y me has hecho recordar lo bello que es vivir.
Ésta luz que tú me has brindado es intensa, como el fuego más poderoso e indomable que la humanidad haya podido dilucidar, inclusive más significativo y hermoso que el fuego regalado por Prometeo a nosotros los simples mortales en la inmensidad del universo, aunque el viento más fuerte trate de agotarlo nada lo podrá sofocar, sólo el tiempo es mi mayor enemigo en esta dicha inquebrantable, sólo él, incesante, imperdonable, implacable. Oh maldito tiempo, sólo él le tiene un límite a tu brillo, a tu simple pero insuperable forma tan bella de ser, sólo él me separará de ti para de nuevo volver a caer de nuevo en el abismo de la soledad y la tristeza, sin embargo, aun en mi corazón late con firmeza la esperanza de que la intensidad de tu luz, de tu fuego interno sea más poderosa que todo lo jamás creado por Dios y que nunca llegue a extinguirse del todo y vuelva a brillar de nuevo, empero será más fuerte e inmutable que nunca y volveremos a estar juntos hasta el día en que todo lo que existe llegue a su fin y la presencia de Dios sea nuestra recompensa.
Andrés Jiménez Sáenz.